Una buena calidad de aire para minimizar los riesgos de salud
Según indica el informe «Barometro hogares saludables» realizado por Argentina Green Building Council, la Organización Mundial de la Salud ha declarado que la contaminación del aire en interiores, que es a menudo mayor que la contaminación del aire exterior, es responsable de casi el 3% de las enfermedades en todo el mundo. Como pasamos aproximadamente el 90% de nuestro tiempo en interiores, gran parte de ese tiempo en nuestros hogares; nuestra exposición a los contaminantes del aire es significativa.
Es posible proporcionar suficiente aire exterior limpio y fresco sin permitir la entrada de contaminantes externos y, al mismo tiempo, asegurar una tasa adecuada de renovación de aire para eliminar estos diversos contaminantes. Un desafío importante es el de equilibrar la necesidad de viviendas más herméticas, como cualidad necesaria para su eficiencia energética, con el requerimiento de una ventilación adecuada.
Considerando que la mayoría de las casas no cuenta con métodos de purificación de aire o con con un sistema de aire acondicionado filtrado, la necesaria renovación del mismo se verá comprometida en tanto las viviendas se mantengan cerradas. Si bien los expertos recomiendan abrir las ventanas y puertas al menos dos o tres veces al día, esta estrategia se ve dificultada en épocas invernales o en ciertas condiciones climáticas en verano.
La ventilación natural deseable en los hogares es más eficiente cuando es cruzada, es decir, cuando las aberturas se ubican en lados opuestos de la casa, lo cual permite el ingreso de brisas de aire para garantizar la salubridad del interior a través de la renovación del aire viciado, la reducción de la presencia de tóxicos y la sensación térmica.
Cómo nos damos cuenta de que el aire esta viciado?
La presencia de olores difíciles de identificar, el olor a viejo o encierro, es un indicio de que el aire está viciado y, probablemente, la casa esté “enferma”. Los problemas de salud como asma, alergias, resfriados y tos frecuentes, dolores de cabeza y fatiga, sequedad e irritación de ojos, nariz, garganta y piel, son indicadores de la presencia de contaminantes en el ambiente.
Para resolver algunos problemas de contaminación interior se utilizan extractores en zonas húmedas de la vivienda y purificadores de aire en los ambientes, como así también filtros eficientes en los equipos de aire acondicionado para tratar bacterias, humo, polvo y olores. Los contaminantes del aire interior pueden llegar en los zapatos de los ocupantes, se pueden originar en la combustión de estufas de gas, calderas, chimeneas o en la inhalación del humo del tabaco.
De hecho, hay muchas fuentes de contaminantes del aire en el hogar, incluidos los materiales de construcción y mobiliario; alfombras y pisos de vinilo; productos de limpieza; colas, pinturas y barnices. Todos esos productos contienen químicos orgánicos llamados compuestos orgánicos volátiles (COVs que “liberan gases” al aire. Con lo cual, la recomendación es elegir productos “sin COV” para los adhesivos, recubrimientos, pinturas y selladores que se usen en el hogar. Prestar especial atención a los acabados, muebles, telas, plásticos, materiales compuestos y cualquier otro elemento que pueda emitir gases, algunos de los cuales pueden causar cáncer 12.
Otros contaminantes pueden provenir de fuentes biológicas y ser liberados al aire a través de sistemas de aire acondicionado y calefacción, humidificadores, cañerías o techos con goteras y alfombras mojadas. Los contaminantes biológicos o de microorganismos incluyen mohos, polvos, polen, insectos, bacterias y virus.
Extracto Informe «Barometro hogares saludables»: El Barómetro de hogares verdes y saludables es un informe diseñado en octubre de 2021 por Argentina Green Building Council para investigar el vínculo entre las viviendas y la sustentabilidad, la salud y el bienestar.