El Gobierno anunció la creación del «sello de vivienda sustentable», una certificación que le otorgará a los hogares una calificación relacionada con variables como su eficiencia energética y que será obligatoria para todas las viviendas que construya el Estado, así como para toda vivienda particular a la que se acceda mediante un crédito o subsidio público.
Resolución 75/2019
Según funcionarios nacionales, más allá del compromiso ecológico, la nueva certificación podría redundar en beneficios económicos como exenciones impositivas o reducción de tasas hipotecarias.
El objetivo es «promover una metodología de evaluación y diagnóstico de viviendas para la calificación y clasificación de construcciones de uso residencial según diferentes variables de sustentabilidad». Las variables contempladas incluyen ítems como infraestructura, eficiencia energética (dentro de lo que se evalúa, por ejemplo, orientación del hogar, aberturas, acondicionamiento térmico, electrodomésticos y ventilación) y eficiencia en el consumo de agua.
Tener una vivienda sustentable redunda en una reducción de costos de servicios y abre la posibilidad de otra serie de oportunidades de ahorro económico.
La Dirección Nacional de Acceso al Suelo y Formalizaciones, dentro del Ministerio de Interior, será la encargada de aprobar y otorgar el sello, que será obligatorio desde el 8 de mayo de 2020 para «todo proyecto de vivienda nueva cuya construcción se financie en el marco del Plan Nacional de Vivienda u otros programas y proyectos de viviendas del Estado Nacional» y desde el 8 de noviembre de 2020 para toda «vivienda nueva o existente a la que se acceda a través de un crédito y/o subsidio otorgado en el marco del Plan Nacional de Vivienda u otros programas y proyectos de viviendas del Estado Nacional».
El antecedente santafesino
El 31 de octubre pasado la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe aprobó una etiqueta que indica cuál es su nivel de eficiencia energética, lo que se presentó como una herramienta de decisión ante cualquier operación inmobiliaria.
La secretaria de Energía provincial, Verónica Geese, dijo entonces a LA NACION que «con las tarifas como están y cómo se presume que irán evolucionando» tomar decisiones basadas en los niveles de eficiencia energética de las viviendas será cada vez más determinante en lo económico, más allá del beneficio para el medio ambiente.
¿De qué depende la eficiencia energética de una vivienda?
A la hora de evaluar una vivienda para definir su calificación en el certificado energético, se van a tener en cuenta varios aspectos, como:
– El espesor de la fachada.
– Los materiales que forman la fachada.
– El nivel de performance de las ventanas.
– El tipo de sistema de calefacción.
– El consumo de energía en kWh/m2,
– Las emisiones de CO2 del edificio.
– Las medidas de la vivienda.
Es importante puntualizar que, a la hora de la calificación, se tiene en cuenta la zona geográfica en la que se encuentre y sus condiciones meteorológicas habituales.
Cada vez son más los hogares, concientizados con el consumo responsable, que adoptan medidas como mejorar el aislamiento de las fachadas o sustituir sus viejas ventanas. ¿Sabías que, mejorando el aislamiento térmico, se puede reducir el consumo en hasta cerca de un 60%? Merece la pena, ¿no crees?
Fuentes: La Nación / Delfina Torres Cabreros // Vivienda Saludable